Si pareces
dormido dulcemente
y en tu pálido
rostro se adivina
la quietud de
la vida que termina
liberando las
dudas de la mente.
La mortaja de
lágrima presente,
es la flor del
final que ya germina
tu corona con
alma cristalina,
de recuerdos
que dejas en la gente.
Ya descansas
del mundo y sus afanes,
de vorágines,
ávido, sediento,
que indolente
tritura los sentidos.
Acabaron
terrenos huracanes
y la Gloria
consuela tu lamento
en la paz de
los seres escogidos.
Carlos Oyague
Pásara
2-Febrero-2019
En memoria de
Alejandro Sánchez Penalva